Reciclo

Después del Ciclo do Cupim (Ciclo de la Termita) en el 77, puede parecer redundante ese Reciclo.

Y lo es. Y lo es unicamente en la medida en que la naturaleza se transforma en el ritmo que es suyo.

La transformación como alimento de cada origen contenido en cada ser.

El hombre es un coleccionista, su interno y su externo, los dos en fusión.

Coleccionase todo. Yo colecciono registros naturales de la naturaleza y en ellos interfiero un coautor hasta el límite posible de cada uno.

En un principio soy siempre un coautor que existo antes, con el olfato del ojo en el campo de la naturaleza.

En el riachuelo que baja la montaña, en la marea con su ritmo, en la geometría del romper de la ola, en los habitantes de ese reino, el recomenzar de un nuevo ciclo.

Tornar latentes estos accidentes / incidentes es un tic.

La economía de elementos, la simplificación de la forma y su combinación con el fondo son resueltas en un litoral o en una montaña de la manera más simple, funcional, rítmica, arquetípica, concreta. Dentro de un trozo de madera hay un camino que es, a cada instante, el camino del alimento, de la protección, del goce.

La lava del volcán que se reviste a sí mismo.

La piel de la serpiente dejada para dar lugar a otra, que es ella misma. El gran árbol que tumba y llega al mar para volver a la montaña. La termita que es gusano, que es gota de agua, que es árbol, que es termita.

Mirar la tierra a vista de pájaro como un astronauta es desvelar el laberinto sin enfrentarse al minotauro. Es, consecuentemente, más laberíntico. Es diferente entrar por el camino de la termita / gusano, que ver ese camino desde arriba.

Reciclar es la certeza del infinito.

Fernando Casás

Río de Janeiro, Julio de 1978.

Publicado en la invitación para su exposición individual Reciclo.

Galería Sérgio Milliet / Funarte.

Ministério de Educação e Cultura.