Querido Inconsciente CE2102F6491

Aunque nos comuniquemos frecuentemente, de vez en cuando te veo a través de la transparencia y, para mi y para esa exposición, es un refuerzo muy valioso recibir tu emanación. Pienso que eres un inconsciente fuerte, fugaz, perecible y en extremo confiable, porque buscas la eternidad finita.

Paseamos con deslumbramiento por el fondo de los océanos. Al volver pidiéronme que hiciera una exposición sobre ellos; usé madera con ácaros, que son los mismos que habitan la superficie de mi piel. Un amigo comenta que están estudiando la vida en la selva amazónica y que es posible recolectar, en media hectárea, cerca de 130’000 artrópodos, entre arácnidos y crustáceos.

Me acuerdo con frecuencia de un diamante que era un planeta y de otro, todo negro de carbón, con su profundo brillo. Hace tiempo que ya me habías comentado que por ahí todo es indescriptible. El paraiso es el universo y sus particularidades.

Aquí vamos mal; y sé que sabes antes que yo lo sepa. Para el humano de la Tierra la herida, tantas veces abierta y cicatrizada, se ha cansado de luchar y el ave ha empezado a comer carne putrefacta; nuestro hígado no se regenera, se ha cansado de ser eterno. Este planeta se ha cambiado en cerebro de un psiconauta en un viaje inmóvil, dirigida al interior del Gran Agujero. Así el cansancio sobre la herida nos deja indiferentes y nos impide sentir curiosidad por conocer nuestros compañeros de hábitat. Actualmente somos 7.000.000.000 y sabemos como alimentar el doble. Pero se piensa solamente en correr y mirar, buscando no ver, para que todo desaparezca. La propia guerra también está cansada, ahora es otra, somos nosotros por dentro. He encargado un Proyector holográfico y así puedo tener, andando dentro de mi casa, los personajes que quiera y, cuando me molesten, desligo, lo que va a introducir más nausea en el mundo que habito.

Es extraño que en la Tierra la naturaleza sea contemplada como caos, querido amigo, cuando ella es el único orden. Lo que estoy haciendo es un intercambio objetual, pues me divierto más cuando estamos juntos sin hablar. Así te envío esta carta a través de la obra Minha Idade – Mi Edad- a ver si consigo terminarla. Un fuerte abrazo y volveremos a comer luz con gincachá durante muchas auroras.

Fernando Casás

Verano 2012.

Publicado en: o agora xa foi e o denantes será. AAVV. CGAC Centro Galego de Arte Contemporânea, Santiago de Compostela, 2014.