Proyecto Bastones / Museo de los Bastones *
Bastones como premisa para un proyecto en la Ciudad de la Cultura en Santiago de Compostela.
Localización: Interior y exterior del edificio que tiene vista para la catedral de Santiago.
Ese proyecto está desarrollado para ser llevado a cabo con dos ocupaciones físicas: espacio exterior y espacio interior, que buscan mantener diálogos conceptuales, metafóricos y objetuales, privilegiando el uso de los bastones ya hechos y de la materia como se encuentra en la naturaleza hasta su transformación para uso del peregrino. Es un proyecto que busca abarcar toda una gama de expresiones contemporáneas: desde la intervención efímera de carácter conceptual hasta la posibilidad de permanencia y desarrollo en progreso de la obra proyectada para el interior del edificio, apropiándose del bastón, metáfora y símbolo del Camino de Santiago.
Obra exterior / Instalación en el espacio delante de la entrada al edificio.
Trabajando con la idea del peregrinaje, formador del Camino de Santiago, y teniendo en consideración la conmemoración de los 800 años de San Francisco, un santo volcado hacia la naturaleza y sus manifestaciones, se opta en primer lugar por una toma de contacto del espectador a través de la ocupación externa del edificio al lado de la entrada al espacio interior.
Esa obra consta de la ubicación de 800 troncos de eucaliptos jóvenes, con diámetros comprendidos entre 8cm y 22cm. y alturas de aproximadamente 1200cm. Después de talados a ras de suelo y retiradas las ramas de los troncos, formarán una estructura cilíndrica de cerca de 400cm. de diámetro y altura igual a los troncos más altos, con un peso aproximado de 30 toneladas. El número ochocientos corresponde a la conmemoración del 800 aniversario de San Francisco.
Los eucaliptos serán atados para su montaje en grupos, o todos juntos, de una sola vez, con cables de acero sobre una plantilla que tendría ya la forma circular. Los eucaliptos estarán dispuestos uno en sentido contrario al otro, esto es, uno para arriba y otro para abajo, sucesivamente, de manera que habrá 400 con la base tocando el suelo y los otros 400 en posición contraria. Esta estructura vegetal cilíndrica será mantenida unida a través de cables de acero posicionados en diferentes alturas, y hasta dos tercios de su altura a partir del suelo. Se utilizarán procesos sencillos y eficaces para que estén estructurados y fijos a la presión deseada, de manera que los 800 árboles funcionen estructuralmente como una única pieza maciza y estable, pensada para la máxima seguridad al público y al edificio. Es una escultura perecible, un gigantesco árbol construido por 800 otros árboles como se estuviera enraizado en el suelo y direccionándose al cosmos. Árboles dentro de un solo cuerpo, que también es bastón.
Como opción de hacer un evento que marcase un punto de inflexión, este gran árbol hecho a partir de la naturaleza comprimida podría ser quemado como una gran pira, antes que se degrade. Esta acción deberá ocurrir en otro lugar y que disponga de todos los requisitos de seguridad.
Todo el proceso de construcción y deconstrucción del proyecto deberá ser fotografiado y filmado.
Obra interior / Instalación en la planta baja del interior del edificio.
Los primeros peregrinos que ayudaron con sus huellas, a mucho desperdigadas y perdidas en el tiempo, a formar el Camino de Santiago llevaban, como apoyo y defensa, un bastón. A esas características se fue agregando, con el tiempo, un concepto simbólico. Hasta nuestros días, siglos después, cada peregrino porta su bastón. Muchas veces, ante la imposibilidad de llevar de vuelta a su casa ese fiel compañero de viaje, el peregrino lo deja en los puntos finales de su caminar. La idea es trabajar con ese material, teniendo en consideración que lo que aparentemente es un ramo de árbol, es en realidad un testigo esencial de los sueños y deseos del peregrino durante su jornada, guardando en sí la energía generada por esa convivencia.
La obra constaría de la organización y exposición de esas piezas, lo que se obtendría través de módulos auto estructurados, hechos con perfiles metálicos, de 150 x 150cm. y 350cm. de altura, que permiten la visión desde cualquier ángulo. Los módulos tendrían ruedas en su base, permitiendo su locomoción por el espacio y facilitando la limpieza y manutención. Cada módulo comportaría cerca de 150 bastones, que se mantendrían suspendidos en el espacio a través de un hilo de cuerda fosforescente de 2 o 3 milímetros de grosor. Los bastones no tocarían el suelo y serían iluminados de manera específica, estudiada de forma a mantener la fosforescencia siempre visible y brillante. Los bastones estarían así flotando a cerca de 40cm. del suelo, irradiando la energía absorbida durante el camino.
Los módulos en estructura metálica están estudiados para que se acoplen también en sentido vertical, permitiendo en su caso una estructura sobre la otra como se fuera un segundo piso, que tendría 350cm + 350cm. = 700cm. de altura y ofreciendo la posibilidad de diferentes montajes. Todas las ruedas serían de tipo estanco, de manera que giren o estén inmóviles de acuerdo con la necesidad. Esta solución permitiría albergar un importante número de bastones, cien en cada módulo, aprovechando al máximo el espacio. Serán construidos tantos módulos cuanto necesarios para abrigar los bastones recogidos.
Es deseable aceptarse esa obra como obra en continua progresión. Así el seguimiento de esa propuesta es que, en vez de una exposición convencional que se acabaría al terminar el período estipulado, esos módulos “guardadores” de bastones pueden formar un “Museo dentro del Museo”, donde se guardarían, se coleccionarían y eventualmente se expondrían todos los bastones abandonados por los caminantes: proyecto en constante progresión que vincularía la experiencia particular de cada peregrino a la universalidad del Camino de Santiago a través de la protección de la memoria física y espiritual, simbólicamente depositadas en el bastón.
A partir de ese proyecto inicial, donde los bastones son anónimos, se debería agregar a cada nuevo bastón que fuese integrado a la colección una ficha de identificación donde constaría el nombre del peregrino (caso este lo desee) y la fecha de uso. Muchos seguirían anónimos, pero la posibilidad de ir construyendo paso a paso un Museo de la Memoria del Camino de Santiago es enriquecedora y única. En ese sentido, se podrían exponer de manera constante o a cada cierto tiempo, por ejemplo, en distintas conmemoraciones o aprovechando la idea del Jubileo.
Conclusión:
Esta propuesta contempla el uso interno y externo del edificio, con una parte efímera y otra permanente, a la vez que abre la posibilidad de ocupación del espacio a través de una nueva colección-museo permanente del objeto símbolo por excelencia del Camino de Santiago: el bastón, exposición esta que permitiría su perpetuidad en el tiempo, siendo una obra que continuamente se va modificando e incorporando nuevas adquisiciones.
Si aceptados la idea y el concepto de este proyecto descrito en términos generales, pasaríamos a su desarrollo completo y construcción.
Fernando Casás.
* Proyecto presentado a pedido de la Dirección de Acción Cultural de la Fundación Cidade da Cultura de Galicia en Santiago de Compostela (Monte Gaiás) a 23 de junio de 2014. El preproyecto fue oficialmente aceptado a 22 de agosto, con lo que se pasó a la finalización del proyecto. Con el detallado ya terminado y todo preparado para la producción e inauguración en abril, a 12 de enero de 2015 recibo una comunicación telefónica en la que se me comenta que por razones de modificaciones en el presupuesto de la Fundación la obra no sería llevada a cabo.